En nuestro constante afán por mejorar la calidad de los productos fabricados, en ABC Rotomoldeo buscamos las mejores formas de controlar nuestros procesos productivos y de aumentar la calidad de nuestros productos. Es por ello que hemos incorporado un dispositivo de monitorización térmico a nuestro sistema de vigilancia de la producción que tiene por finalidad controlar el ciclo de calefacción y enfriamiento sufrido por las piezas durante el proceso de rotomoldeo de manera que podamos conocer y controlar en cada momento y en tiempo real las rampas de temperatura que caracterizan la maleabilidad y las propiedades finales del plástico.

Los hornos deben alcanzar una temperatura de entre 250ºC a 300ºC para que el material, dependiendo de su naturaleza química alcance las propiedades reológicas necesarias para adherirse correctamente a las superficies del molde. Tras el paso de cocción, se inicia el moldeo en el cual la pala rota a 6 rpm sobre sus dos ejes procurando mantener la temperatura para garantizar la homogeneidad del espesor, evitar la aparición de burbujas y alcanzar la totalidad de las superficies. Así mismo, la rampa de enfriamiento posterior cobra igual relevancia en las propiedades finales ya que de ella depende la contracción y acabado superficial, con rampas de enfriamiento controladas de 7,5ºC/min para que el desmoldeo pueda realizarse a una temperatura de 60ºC.

El control exhaustivo de los ciclos térmicos se añade a los controles ya implantados en ABC Rotomoldeo para asegurar la máxima calidad en todos nuestros productos, siendo la garantía de calidad la razón por la que somos la principal empresa fabricante de piezas y componentes técnicos mediante rotomoldeo en nuestro país.